sábado, 8 de diciembre de 2007

Hong Kong, Macao ...









Llevamos tres dias en Hong Kong y este el primer momento que encontramos para conectarnos a internet. No abundan los cibercafes en la ciudad y por suerte en el hotel hay una sala con algunos ordenadores (en chino, claro!). Aqui todo el mundo tiene su portatil y los turistas, mayoritariamente chinos van en grupo asi que no debe de ser un buen negocio.



Tras casi 24 horas de viaje entre avion y avion, llegamos a Hong Kong aturdidos y despistados con un jet lag impresionante, cansados y expectantes. El inmenso aeropuerto (regido por el Feng Shui), las miles de personas que llegaban a la vez, y de repente, todo se hizo bastante mas facil de lo que pensabamos. Es una ciudad hecha para recibir muchos visitantes, y apenas salir del control de pasaporte, ya estabamos catapultados en un tren direccion a la isla... Entrar en esta ciudad es entrar dentro de una postal... rascacielos de cristal, inmensos carteles publicitarios, pantallas gigantes, mucha gente por todas partes, luces, humo... La ciudad huele a noodles, una niebla humeda lo envuelve todo.



La antigua colonia britanica pertenece a la Republica Popular de China pero es como si fuera un estado independiente. Tiene fronteras con China, no se necesita visado para entrar y tiene una moneda propia.

Nuestro hotel se encuentra en la Isla de Hong Kong, en medio de un barrio popular lleno de rascacielos, algunos preciosos, otros, la mayoria, mugrientos, ya corroidos por el aire del mar y la contaminacion. La ciudad de esta parte de la isla sigue la linea de la costa, a pie de una montana,una estrecha franja de apenas unos centenares de metros. En la misma calle que sigue una larguisima linea de tranvia (Des Voeux Road), te encuentras tanto con tiendas de pescado seco, alas de tiburon, sepia en salmuera, botes de ginseng, huevos centenarios, casa de tes, restaurantes de noodles y dim sum, como con tiendas de Chanel, Louis Vuitton, Armani, Dolce Gabanna, Armani, joyerias, bancos y grandes almacenes. Hay muchos contrastes, como en las grandes ciudades asiatica, pero Hong Kong es una de las grandes capitales del mundo y no es tan caotica, todo gira dentro de un orden : Es facil desplazarse, los transportes funcionan, hay ceniceros cada 15 metros, puedes comer por muy caro o por muy barato, hay un sentimiento de puntualidad, de eficiencia...

Todos los dias, cruzamos la bahia, el Victoria Harbour en una golondrina (barcos de madera muy pintorescos que antiguamente tranportaban el carbon y que ahora son usados como transporte publico) para llegar a Kowloon, el otro gran barrio de Hong Kong, situado en el continente. Siempre hay uno que sale, cada 5 o 10 minutos, es comodisimo y muy rapido para alcanzar la otra orilla. Desde alli las vistas sobre la ciudad y su skyline son espectaculares. Cada noche, a las 20:00, hay un espectaculo de luces que sincroniza los rascacielos mas importantes. Nos sentamos a orillas del mar y nos quedamos embobados con los neones, los laseres, las millones de lucecitas que parapadean, es deliciosamente kitsh y futurista...

Estos primeros en Hong Kong nos sirven para aclimatarnos antes de cruzar manana lunes la frontera con la China comunista de los mil doscientos millones de habitantes. Ya hemos comprado unos billetes de tren y estamos viendo horarios e itinerarios.

Por mucho que nos guste la comida oriental, aqui es todo mucho mas fuerte, los sabores son mas intensos y hace falta un poco de estomago para poder terminar los platos. Ayer descubrimos como es el verdadero pato a la pekinesa que tanto nos gusta... Tras pedirlo nos trajeron un pato gigante laqueado con una pinta exquisita pero cual no fue nuestra sorpresa cuando empezaron a cortarlo minuciosamente y nos sirvieron solamente la piel crujiente llena de grasa y se llevaron todo la carne. Para ellos lo mejor es comerse solo la piel, la carne se usa para otros platos... Siempre sonando probar los dim sum de Hong Kong y dejamos la mitad en las cestas por no poder ni oler algunas de las variedades que nos trajeron, aunque algunos estaban muy buenos. El concepto de apetitoso es radicalmente distinto. Comer, una vez mas es como entrar en un parque de atracciones, es vertiginoso y muy divertido. Por ejemplo, ayer, pudimos comprobar como eructar profunda y sonoramente es signo de satisfaccion y buenos modales para los chinos.



Macao



Al llegar compramos los billetes de ferry para pasar el sabado en Macao. La estacion maritima esta al lado de nuestro hotel. Antes de coger el barco, desayunamos como de costumbre en un agradable bar donde sirven el tipico breakfast ingles por menos de dos euros (22HKD), creiamos que teniamos tiempo y verificamos de casualidad los billetes. Nos tuvimos que ir corriendo para no perder el ferry, resulta que la taquillera nos entendio mal la hora y nos dio unos billetes una hora antes de lo que habiamos solicitado. Fue una leccion para comprobar que muchas veces, creemos entendernos bien en ingles con la gente, pero no es asi. Simulan hablar ingles mas de lo que lo hablan realmente. Al final nos vino bien ya que en Macao no nos sobro ni un minuto.



A una hora de ferry y 65 kms, llegamos a Macao donde hay que pasar nuevamente una frontera. La antigua colonia portuguesa, devuelta a China en 1999, goza tambien de un estatuto especial, su propia moneda y un autogobierno.

Macao tiene ese sabor anejo de las viejas colonias de antano. Es muy agradable callejear por sus plazuelas y jardines y perderse por sus barrios. Casas pintadas de rosa, verde, amarillo, antiguos casones de los ricos mercantes portugueses, iglesias barrocas... Macao reserva sorpresas en cada esquina. La gente es muy sonriente y mas provinciana. Como llegamos muy pronto por la manana, tuvimos una sensacion de tranquilidad, de sosiego que poco a poco resulto ser una ilusion ya que a medida que iba pasando la tarde, la ciudad empezo a llenarse por una muchedumbre compacta que lo llenaban todo. Macao es tremendamente china, al 98 por ciento. Intenatmos algun que otro "Bom dia", "obrigado", pero en vano. En Macao ya solo se habla en chino e ingles. Eso si el portugues es la lengua oficial y todo esta rotulado en este idioma. Pero la lusofonia es una quimera, algo casi imperceptible. Estuvimos un buen rato buscando una "pastalaria" para tomar un buen cafe portugues que por fin encontramos en un callejon apartado del bullicio donde aun se puede ver algun residente portugues reunirse en torno a una 'bica" y degustar un "bolo de arroz". Fue como encontrarse con el ultimo reducto de un pasado que ya no es. Del pasado iberico quedan los nombres de las calles : Largo de Camoes, Calcada das Verdades, Rua da Esperanca. Bueno, en las tiendas de souvenirs chinas, hacian furor los "Pasteis de Belem". Macao es tambien la ciudad de los casinos, pero estos se levantan en una zona que apenas hemos pisado, una ciudad rica, ostentosa, hotera, con edificios dorados y vestibulos de marmol. La ciudad del hampa, del lujo, de las mesas de azar, las carreras de caballos y un Grand Prix... Otro mundo...




Hoy nos hemos tomado el dia de relax, no hemos parado practicamente un minuto desde que aterrizamos y aun queda un largo camino que recorrer, Manana, cogemos un tren para Guangzhou (Canton) y desde alli volar a Guilin, (Guanxi) region donde pasaremos seis dias.





miércoles, 5 de diciembre de 2007

Madrid : horas previas.

Una capa amarillenta recubre el horizonte, es la hora de los atascos en el Paseo de Extremadura. La parra suelta sus últimas hojas secas enseñando su silueta oscura e invernal. Algún vecino se ha adelantado y ya se puede ver a través de su ventana el parpadear de un árbol de navidad. Es 4 de diciembre en Madrid, una buena fecha para coger la mochila y abrir un buen paréntesis.

El año pasado nos hicimos la promesa de no pasar estas fechas aquí y decidimos posponer al máximo nuestra cita anual. Todo llega y mañana es la fecha: volamos para Hong Kong. Van a ser seis semanas por China y Vietnam. Dentro de unas pocas horas, empieza una nueva aventura...