sábado, 5 de enero de 2008

Long Beach (Phu Quoc)




Dias de playa en Phu Quoc. Esta tranquilisima isla se difruta dejando el tiempo pasar. Nos pasamos el dia banandonos, viendo como declina el dia y como cambian los colores. El sol se alterna con las nubes y cuando para el viento hay miles de sonidos de insectos y animales. Hemos alquilado una moto para ver otra playa mas al sur de la isla, pero casi no hace falta moverse, uno puede disfrutar perfectamente quedandose en su trozo de playa, yendo de la cabana al chiringuito. El interior de la isla es boscoso y con mucha vegetacion tropical, los pueblos se unen a traves de polvorientos caminos de tierra roja donde merodean manadas de perros de lengua azul, una raza autoctona de Phu Quoc que segun se cuenta han acabado con algunas especies salvajes ya que son utilizados como perros de caza y guardianes por los habitantes, a pesar de su apariencia agresiva son muy carinosos cuando te conocen.
Por la manana, los pescadores descargan sus redes llenas de pescado fresco que se consume en el dia en los diferentes restaurantes de la playa de Long Beach. Es una lugar apacible y agradable, aunque el tiempo sea muy cambiante y no sea facil tener un dia entero de sol a pesar de ser la estacion seca.



jueves, 3 de enero de 2008

Phu Quoc


No ha sido facil llegar hasta aqui a la isla de Phu Quoc. Salimos espantados por la lluvia que no paraba de caer en Hoi An y cogimos un tren de 15 horas para Saigon. Era Nochevieja e hicimos acopio de viveres en Dannang, la ciudad donde estaba la estacion. Dannag es una ciudad muy fea, sucia, la tercera del pais pero sin ningun interes al menos que uno tenga realmente ganas de comprobar los beneficios de este estado comunista en los anos posteriores a la caida del muro. Es decir : desigualdades mayores que en cualquier otra nacion, una absoluta falta de solidaridad entre ellos y unas caras duras y exentas de ilusion. Nosotros si que teniamos todavia un poco de ilusion en avanzar hacia el sur y nos divertimos un rato comprando cosas en un supermercado horrible y contemplando la ultima moda de los habitantes de este extrano pais, llevar casco conduciendo motocicleta (y de eso saben mucho) es obligatorio desde hace unas semanas, asi que lo estan cumpliendo hasta las ultimas consecuencias, se pueden quedar horas con el casco puesto : comiendo, paseando, esperando a familiares en los andenes de la estacion, sentados dentro del tren ( a sabiendas que el trayecto Hanoi- Saigon es de unas pocas 40 horas). Tambien les encantan los pijamas a las senoras, se lo quedan puesto hasta mas o menos hasta las once de la manana y se lo vuelven a poner a las cinco de la tarde en cuanto anochece. Pasadas las seis de la tarde, o sea tardiiisimo, las camareras ya estan en pijama y a veces con el casco puesto.
Dentro de nuestro compartimento de litera dura, nos preparamos una cenita con queso, una ensaladita muy rica, pates y un par de botellas de vino. Brindamos prontito y cruzamos la delgada linea entre 2007 y 2008 entre suenos mecidos por compas del tren. La linea de la "reunificacion" que une Hanoi con Saigon fue inaugurada despues de la victoria del Viet Cong y los vagones no deben de haber cambiado mucho en estos ultimos 30 anos. Aun asi, no es nada desagradable, tiene un cierto toque romantico y se llega mas o menos descansado y a la hora.


Llegamos a Saigon a las cinco y media de la manana, la ciudad se despertaba y no parecia que estuviera de resaca, las motocicletas llenaban ya las avenidas en todas las direcciones. Fuimos de los primeros en llegar a la estacion de autobuses para ir a Rach Gia. Salia uno a la siete, lo justo para desayunar unas porras y un cafe. Nos toco un minibus de 10 personas para cruzarnos todo el Delta del Mekong. El conductor tenia que cubrir el trayecto en seis horas y lo hizo pisando el acelerador como un poseso, adelantado a todo lo que se ponia delante y saltando por encima de los baches sin consideracion alguna por los pasajeros que llevaba, y nosotros detras maldiciendo una vez mas a los vietnamitas. Cruzamos arrozales, decenas de brazos del Mekong, rio que conocemos bien que hemos cruzado muchas veces en Tailandia, Birmania, Laos y nos volvimos a encontrar en su desembocadura. Podria ser un paisaje bonito si no fuera por la suciedad que bordea toda la carretera, la fabricas de cemento, ladrillos, los vertidos en el rio, las bolsas de plastico volando entre el polvo y las miles de banderas rotas de Vietnam que jalonan la carretera exaltando un orgullo nacional trasnochado.
Llegar a Rach Gia tampoco mejoro mucho las cosas, si bien hacia sol en Saigon, el tiempo se habia vuelto a cubrir. Hacia calor y bochorno. Esta pequena ciudad costera, prospera por su puerto y el contrabando de mercancias por su situacion cercana a la frontera Camboyana, no es tampoco ninguna maravilla. Como siempre, nos asaltaron en la estacion de autobuses, diciendonos que no habia ferries hasta el dia siguiente, ofreciendonos sus hoteles y todos los horarios de barco menos el que finalmente cogimos o el que si hubieramos tenido tiempo de coger. Bien es verdad que solo se puede saber los horarios de los ferries una vez llegados al puerto, ni en la Lonely Planet (de utilidad cero y nula para este pais, falta informacion, esta mal redactada y no ayuda) ni en ninguna oficina de turismo saben nada. Nos deshicimos de un pesado que no nos dejaba en paz a gritos y cogimos los billetes para la manana siguiente. Tuvimos que dormir en una pension espartana y feilla pero correcta. Cenamos fatal y nos despertaron unos altavoces que levantan a toda la ciudad a las cinco en punto con propaganda politica, himnos marciales y lo que es peor, entre consigna y consigna, una cancion de Celine Dion!
Como no podia ser de otra manera, cogimos el barco y nos toco una tormenta bestial. Distribuyeron pastillas contra el mareo que a algunos no parecieron hacerles mucho efecto ante la masiva demanda de bolsas de plastico durante la travesia de tres horas que, nosotros, aguantamos agarrados a la butaca.
Finalmente llegamos a la isla de Phu Quoc un poco trastocados y nada dispuestos a que nadie nos mareara mas. Cogimos a un senor que esperaba a los turistas despitados en el muelle, nos metimos en su furgoneta que no abandonamos hasta que no nos buscara un alojamiento. Como aqui hay pocos hoteles y ya que todos los vuelos estan llenos hasta finales de enero, teniamos que acertar rapidamente. Asi fue, estamos en unos bungalows cerca de la playa, en un complejo que no esta terminado, pero es muy tranquilo. Los llevan una familia que hasta ahora parece de fiar. Hay un chiringuito muy cerca que sirve muy buena comida y es muy agradable, en frente del mar. Hace calorcito aunque el cielo esta cubierto la mayor parte del dia. Las previsiones meteorologicas no son muy halaguenas, se supone (segun la Lonely) que estamos en la epoca de cielos azules y aguas transparentes : queda por comprobar si es asi. El mar si esta tranquilo y caliente y nos podemos banar a todas horas. Aunque el cielo este encapotado, estamos ya bronceados tras solo un dia completo de playa. La isla podria ser un lugar paradisiaco, tiene una larga playa de arena de unos veinte kilometros, vegetacion densa y verde... pero esta muy descuidada, es una antigua base militar y es reclamada por Camboya ya que se encuentra mas cerca de sus costas que de Vietnam.
Hace unos anos fue declarada parque natural y desde entonces ha empezado a ser conocida. Los habitantes de la isla parecen ajenos a este pequeno "boom" turistico y siguen viviendo de la pesca y de una fabrica de "Nuoc Man", la salsa de pescado predilecta de la cocina vietnamita. Aqui el marisco y el pescado son realmente exquisitos y no nos parece mal sitio para quedarnos tranquilos unos dias despues de tanta lucha en este pais.

domingo, 30 de diciembre de 2007

Hoi An






Llegamos ayer a Hoi An en apenas dos horas de tren y nos parece que hace una eternidad. En tan solo dos dias, nos hemos topado con una serie de dificultades propias de esta epoca del ano. Hoi An es una ciudad muy bonita, antigua, pequena, con personalidad, gastronomica, especial...pero muy concurrida! Muchos viajeros parecen haber elegido este lugar para pasar el fin de ano. No sabiamos muy bien si quedarnos por aqui o seguir hacia una playa mas abajo. Habiamos reservado una habitacion desde Hue y nos vinieron a buscar. No nos gusto nada. Era una pension sin ningun encanto, oscura, algo sucia y muy ruidosa. No costaba casi nada pero Vietnam es tan barato que si cuentas con algo de presupuesto te puedes permitir vivir muy bien y tener todo el confort a precios mas que razonables. Decidimos buscar otra cosa y nos pateamos toda la ciudad en busca de algun hotel que nos gustara. Pero no quedaba ni una sola habitacion libre, ni bueno ni malo. Perdimos mucho tiempo, pasando calor y algo desesperados hasta que nos resignamos y volvimos a la pension, pero... la habitacion ya habia sido ocupada y solo quedaba una, todavia sin limpiar y aun peor. Pero bueno, ante la situacion y viendo pasar otros turistas en la misma situacion, dijimos que si. Hartos, sudados y con ganas de tomar el aire,nos alquilamos unas bicis. Pedalear siempre relaja y esta ciudad tiene unos rincones muy agradables : galerias de arte, un rio, restaurantes, ese toque colonial afrancesado... Nos tomamos el primer cubata de todo el viaje para reconfortarnos... y nos lanzamos a la busqueda de un hotel, nos queriamos rendirnos. Finalmente, el efecto balsamico del ron nos devolvio un poco de suerte y encontramos una super habitacion con balcon, piscina,jacuzzi,frutas por 28 euros...Perfecto para pasar el fin Nochevieja a tutiplen! Cenamos con Lidia y Patricia en un restaurante exquisito, probando las especialidades locales que son realmente de la mejor gastronomia que nunca hemos probado en Asia. Endaladas de papaya, flor de banano, pescado al caramelo, calamares rellenos de cerdo y hierbas aromaticas, las "rosas blancas" - gambas envueltas en papel de arroz al vapor... Todo ello regado con buenos vinos franceses que iluminaron nuestras conversaciones: maravilloso! y tan barato!


Dormimos tan ricamente hasta que nos desperto una intensa lluvia. Terror! Los monzones no se han ido y nos encontramos la hermosa Hoi An encharcada y coloreada por los impermeables que cubrian a los habitantes y sus bicicletas de la cabeza hasta los pedales. Nos refugiamos en el buffet del hote para desayunar viendo como el chaparron golpeaba la piscina. Parece que aqui no se puede hacer planes ni a corto plazo. Cada dia surgen contratiempos y luchas contra los imprevistos.
No habiamos terminado ni el cafe cuando la chica de la recepcion, que el dia anterior nos habia reservado el hotel hasta el 1 de enero vino para decirnos que se habia equivocado. Solo tendriamos la habitacion hasta el dia de manana, el 31 de enero. Nos vimos otra vez en la calle para Nochevieja aunque se comprometio a buscarnos un alojamiento. Empapados en nuestras bicicletas, nos fuimos a la oficina de turismo y reservar lo que sea para proseguir el viaje. Teniamos intencion de llegar en breve a una isla, muy al sur, lejos de los monzones, a la frontera con Camboya. Ya habiamos preguntado los precios hace unos dias y habia plazas. El dia se habia levantado oscuro y era un mal presagio : no quedan vuelos hasta el 20 de enero! Viendo como la providencia nos echaba un toque de atencion, nos replanteamos por completo el viaje. Vimos y rebuscamos todas las posibilidades, teniendo en cuenta nuestras ganas de playa, mar transparente y sol. La unica forma de llegar a las playas paradisiacas que tanto ansiamos despues de tanto camino desde China es pasar olimpicamente de la Nochevieja e ir en tren hasta Saigon para coger un autobus cruzando el delta del Mekong y tomar un barco hacia la isla de Phu Quoc. Hicimos caso a las cancelaciones del hotel, el mal tiempo y estas pequenas dificultades que parecen decirnos : venga, iros ya de aqui! Los cuatro, totalmente deacuerdo y sin perder el humor decidimos comprar unos billetes de tren nocturno desde Hoi An a Saigon manana 31 de diciembre (quedaban unas literas por los pelos, eso si duras!) Cambiaremos de ano viajando en nuestro compartimento, hemos comprado vino frances para brindar.
A pesar de tantas luchas y decisiones de ultima hora, hicimos lo que mejor se puede hacer en una region tan gastronomica. Esta tarde nos apuntamos a una clase de cocina vietnamita! Nos llevaron al mercado para ensenarnos los productos y para que supieramos distinguir las hierbas y los aromas tan genuinos a los ingredientes que nos tocaria cocinar despues. Fuimos en barco hacia un restaurante sobre pilotes de madera y un profesor nos dio una leccion magistral. Despues de cada demostracion, teniamos unos hornillos preparados para que lo pudieramos realizar. Ha sido realmente una tarde muy agradable e interesante. La cocina vietnamita es muy sofistacada. Como cabe imaginar, no comimos lo que preparamos, no es facil acertar a la primera. Despues de la clase, nos sirvieron los mismos platos pero perfectamente cocinados : Pina rellena de sepia y verduras, nems frescos, papel de arroz, Cao Lao (una especie de crepe de arroz y hierbas), rollitos de pescado con salsa etc.
Hasta el 2 de enero estaremos viajando sin parar por lo que no podremos escribir. Aprovechamos estas lineas para desearos a todos un muy feliz 2008. Leemos vuestros mail y comentarios, nos alegran muchisimo el corazon.